La primavera de Botticelli.
Es posible que no se les haya aparecido hoy una Venus rubia ataviada con sugerentes velos, ni las voluptuosas Tres Gracias haciendo un corro, o Mercurio con sus sandalias aladas, o la radiante Flora coronada de guirnaldas, ni la ninfa Cloris perseguida por Céfiro, el dios del viento, y mucho menos un Cupido regordete con los ojos vendados y peligrosamente armado con arco y flechas. SÃ, puede ser que hayan faltado a su cita. Pero, no se descuiden porque el peligro acecha ya que hoy comienza la primavera.
Esta tabla de imponentes dimensiones (203 cm × 314 cm), obra del maestro Sandro Botticelli, puede contemplarse en la GalerÃa Uffizi en Florencia. Exponente clásico del Renacimiento italiano, “La Primavera” conserva intacto su profuso esplendor, tal vez, porque narra sucesos imperecederos y universales que se alejan de la lÃnea del tiempo. Aunque la interpretación de la obra es controvertida, se suele considerar una representación de un rito pagano de celebración de la primavera.
Detalle de Flora
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